Este fin de semana fui con Luismi, un compañero de trabajo, y su hijo Luis a la Feria de Pâques (Pascua) de Arles. En esta entrada quería dejar una serie de fotos de los distintos eventos taurinos y otros que había durante el fin de semana.
La plaza de toros de Arles (arènes), como la de Nîmes, están ubicadas en los anfiteatros romanos que hay en cada una de las dos ciudades. El anfiteatro de Arles data de finales del siglo I, con lo que tiene cerca de 2000 años. Durante la Edad Media se usó como fortaleza, se reforzaron los muros y se construyeron unas torres, que le dan una imagen característica.
El principal atractivo de la jornada del sábado era la corrida con Morante de La Puebla, Jose Maria Manzanares y Álvaro Lorenzo, con 6 toros de la ganadería Garcigrande.
La presencia de Morante atraía una gran expectación, como se podía leer en los periódicos locales, sin embargo no tuvo suerte en el sorteo y tampoco tuvo un buen día.
El triunfador de la tarde fue Manzanares, que cortó tres orejas y salió por la puerta grande. Lorenzo cortó una oreja y también dejó una buena sensación.

Morante de La Puebla.

Alvaro Lorenzo tras cortar una oreja.

Jose Maria Manzanares.
Además de la plaza de toros en el anfiteatro, para la feria se instala otra pequeña plaza desmontable donde se organizan diversos festejos con los jóvenes de la escuela taurina de Arles. El sábado por la tarde había unos jóvenes toreando unas vacas camarguesas, simulando una corrida.
El domingo por la mañana había un grupo de raseteurs con otras vacas desarrollando una corrida camarguesa, la cual es un festejo diferente a las corridas a las que estamos acostumbrados en España y que ya describí en este otro post hace años.

Corrida camarguesa.
En distintas calles de la ciudad se celebraban distintos encierros. En la rue Voltaire se organiza un encierro parecido a los que se organizan en España, aunque no con los toros bravos de lidia que se torean por la tarde, sino con un reses de raza camarguesa con las astas enfundadas. Las reses se sueltan desde un camión en un circuito circular cerrado con barreras verticales.
En el boulevard des Lices se celebró el sábado por la tarde un festejo originario de la Provenza que se llama “bandido” o “abrivado”, dos términos provenzales que hacen referencia a sacar a las reses a pastar al campo y luego a recogerlas de vuelta a los corrales. En dicho encierro, en los extremos opuestos del boulevard (cerrado con vallas) se instalan unos camiones y con la ayuda de caballos se conducen a los toros y vacas de un extremo al otro del boulevard. Los jóvenes a su vez intentan retener a las reses en su avance.
Además de los distintos espectáculos taurinos también hubo conciertos de las distintas bandas de las peñas locales, conciertos, un desfile de calesas y sevillanas.
Para alojarnos la noche del sábado estuvimos en un hotel a las afueras de la ciudad con la casualidad de que estaban allí alojados los toreros Lorenzo y Chamaco (que volvía el domingo a torear después de no hacerlo desde hace años). Un sitio ideal para descansar.
Y aquí los tres antes de la corrida.