Hoy, como cada 25 de julio, es la festividad de Santiago apóstol. No sé bien porque, pero mientras salí a correr recordé una anécdota del viaje a Perú en 2009 que me pareció oportuna compartir hoy.
A la representación del apóstol Santiago se le da también el nombre de “Santiago Matamoros“, por sus supuestas intervenciones en favor de los cristianos en batallas contra los musulmanes en la Edad Media. Pues bien, visitando la catedral de Cuzco, o Basílica de la Vírgen de la Asunción, nos encontramos con un cuadro del apóstol Santiago donde ya no mata moros sino indios mal llamados incas (aunque yo de historia no sé mucho, entiendo que Inca era solo el rey del imperio). De hecho allí lo llamaban Santiago “Mataindios” o “Mataincas”.
Además de ser “¡Santiago!” un grito de guerra por entonces, supuestamente el apóstol oportunamente apareció para echar una mano a Pizarro y los suyos cuando estaban siendo acechados en su intento de conquistar la fortaleza de Sacsayhuamán.
Qué gran acierto y simplicidad por parte de la Iglesia el utilizar el mismo santo y retórica que había dado éxito en España para evangelizar América…
Como no se podían sacar fotos dentro del templo, no tengo ninguna que mostrar del interior donde se vea dicho cuadro, aunque podéis encontrarlas fácilmente en Google.